Fino viejísimo. Armoniosa conjunción de los delicados aromas de sus 10 años de crianza biológica bajo velo de flor, con la complejidad que le aportan sus largos años de crianza oxidativa posterior. ¡Rey de los vinos generosos!
Cumbre de los vinos generosos, nuestro Gran Barquero representa el ideal de Amontillado actual, aunando elegancia y complejidad, atractivo sensorial y sentido de origen.
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